La crítica situación de Nissan está más clara que nunca después de que el propio CEO reconociera que la compañía necesita financiación externa para salir a flote. Si bien la empresa japonesa ya atravesaba momentos difíciles, en la segunda mitad de 2024 se confirmó un declive notable al punto de que varios directivos apuntaron que la automotriz podría no superar el año 2025. Ahora, el máximo responsable de Nissan, Makoto Uchida, declara abiertamente que el fabricante no se mantendrá en pie sin la intervención de inversionistas foráneos.

Makoto Uchida, CEO de Nissan
En su momento, una posible fusión con Honda sonó como el gran salvavidas de Nissan, pero ese plan no se concretó debido a las dudas de Uchida sobre la independencia de la compañía. “No teníamos garantías de cuánto íbamos a conservar nuestra autonomía ni de si nuestro potencial se aprovecharía al máximo al convertirnos en una subsidiaria de Honda”, manifestó el directivo en una conferencia de prensa.
No obstante, según Nikkei Business, Honda todavía considera la opción de invertir en Nissan, lo que podría conllevar una mayor sinergia con Mitsubishi y Foxconn. Sin embargo, esa inyección de capital forzaría la renuncia de Uchida. Aunque ha liderado Nissan desde 2019, afirma no obstaculizaría los planes del comité de nominaciones, accionistas y consejo directivo, que se reunirán el 6 de marzo para definir el futuro de la marca. En caso de que tenga que retirarse, el CFO Jeremy Papin asumiría temporalmente el puesto de CEO.
De ganancias de $2,500 millones a pérdidas de $536 millones
Las dificultades de Nissan en el ejercicio fiscal que finaliza en marzo han sido evidentes. La empresa estimó en mayo de 2024 un beneficio neto de 2,500 millones de dólares. Sin embargo, recientemente Uchida advirtió a los accionistas que para marzo se proyecta una pérdida de 536 millones de dólares. Al igual que Volkswagen y otros fabricantes tradicionales, Nissan ha visto menguar sus ventas en China, con una caída aproximada de 24% en 2023 que no parece mejorar para el siguiente periodo. Para hacer frente a este escenario, la automotriz redujo su capacidad global en un 20% y recortó 9,000 empleos. Además, Uchida se bajó el sueldo a la mitad.
Otra piedra en el camino podrían ser las amenazas de la administración Trump de imponer aranceles adicionales a las exportaciones mexicanas. Nissan elabora diversos modelos en México y está previsto que exporte otras 300,000 unidades más a Estados Unidos antes de que concluya el año fiscal.
Mitsubishi podría desligarse
En diciembre, cuando se barajaba la creación de una compañía conjunta entre Nissan y Honda, Mitsubishi insinuó la posibilidad de unirse. Sin embargo, con el fracaso de esas negociaciones, Mitsubishi podría limitar aún más su dependencia de Nissan. El próximo Mitsubishi Outlander, el modelo más exitoso de la marca en territorio estadounidense, aparentemente no se basará en una plataforma de Nissan-Renault, rompiendo con la actual generación que comparte estructura con el Nissan Rogue. Dicha transición no sucederá de forma inmediata, pues el Outlander se sometió a una actualización para 2025 y no se espera otro rediseño hasta 2027.
Conclusión
Que altos directivos anónimos anticiparan el posible final de Nissan ya era preocupante, pero la alarma sube de nivel cuando el propio CEO admite la necesidad de capital externo para sobrevivir. Aunque Uchida defiende la independencia de la marca, es innegable que Nissan pasó de pronosticar un beneficio neto de 2,500 millones de dólares a anticipar pérdidas de más de 500 millones, todo en el mismo año fiscal. Esa realidad obliga a plantear si la autonomía que tanto se quiere proteger es precisamente lo que está llevando a Nissan a una posición crítica.